Cuando somos pequeños la vida puede parecer muy sencilla, la rutina consiste en despertar, dormir, comer, jugar, volver a dormir e ir al baño, no se tiene preocupación o responsabilidad alguna sobre alguna cosa en particular, sin embargo, cuando comenzamos a crecer, las responsabilidades inician. Siendo niños, el mayor de nuestros problemas resulta ser ir a la escuela y aprender las tablas de multiplicar o escribir bonito, pero cuando uno se encuentra en esa etapa, hacer esa clase de cosas puede parecer el mayor de los retos. En contraste, cuando la vida llega a la etapa del adulto joven, todo cambia drásticamente, dejamos de ser solo estudiantes o universitarios, comenzamos a tener responsabilidades y demasiadas actividades que hacer, sin embargo, pareciera que esto ocurre de un día a otro, por lo menos, en mi experiencia, paso tan solo en un minuto, y todo ha ido empeorando, siento que estoy en una especie de crisis y en ocasiones siento que me vuelvo loca, a pesar de ello, creo ...
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